Este año el gobernador Cristóbal Juliá dio una importante señal al retomar (el menos en sus discursos) la importancia de la integración internacional con Argentina. Pero ese proceso -sabemos bien- que no solo pasa por la concreción del túnel de Agua Negra. De hecho, esa gran obra, por su envergadura y plazos, a ratos puede verse incluso como un obstáculo si se pone siempre en el centro de la mesa.
Hoy existen ámbitos en los que es bueno, prudente, necesario, avanzar en concreto para ese proceso de integración binacional.
Ya son varios los municipios que han abierto puertas con sus pares argentinos, incluso la Universidad de La Serena hace algunos años se había subido al carro de la integración educacional.
Pero hoy Argentina enfrenta nuevos desafíos productivos que cada vez más se están tomando su agenda. Uno de ellos es sl desarrollo minero, que está revolucionando la dinámica económica especialmente de nuestros vecinos de San Juan y de las provincias más al norte.
El proyecto Josemaría con inversión de US$5.000 millones producirá desde este año cobre, oro y plata con 1.400 empleados directos. El proyecto Filo del Sol del distrito Vicuña se proyecta como similar a lo que es la minera Escondida en Chile. El proyecto Los Azules (en Calingasta) se considera uno de los mayores depósitos de cobre del mundo y estima extraer mineral por 27 años. El proyecto el Pachón se encuentra con factibilidad avanzada.
A estos proyectos se suman las minas Veladero (lingotes de doré oro-plata) y Guacalmayo.
Si bien las producciones de oro no requieren movilizar grandes volúmenes de mineral para exportación, las de cobre si lo necesitrán. Por ello miran hacia el oceano Pacífico, pero también requieren maquinaria, insumos, personal y tedrán un intenso tránsito de proveedores hacia las faenas.
De hecho, hoy son una decena de contratistas chilenos que están trabajando en faenas argentinas y según se proyecta esa cifra debería ir en aumento.
La oportunidad de integración real es hoy y es de esperar que nuestras autoridades también puedan ver ese futuro con claridad.
Víctor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo