Valor agregado

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Llega una nueva autoridad y se establecen nuevas prioridades. Es bastante común que así sea, más todavía cuando carecemos de una Estrategia Regional de Desarrollo, ya que la actual no está vigente y probablemente es un documento que ni siquiera forma parte del examen de admisión al momento de aceptar un cargo público.
Esta situación produce -desde la perspectiva de quienes hemos visto el desarrollo regional durante los últimos 28 años- que el avance sea zigzagueante, o quizás como el cangrejo de la canción, se camine para adelante y para atrás.
Sin embargo, también ha sido posible observar que ciertas políticas públicas han logrado sobrevivir y han logrado entregar valor agregado a la producción de riqueza proveniente de nuestra región, que durante mucho tiempo ha estado caracterizada por una economía extractivista.
Por ejemplo, en múltiples ediciones hemos informado sobre la realidad caprina, y lo difícil que ha sido darle forma a una cultura transhumante y muy precaria, pero que aparentemente, poco a poco, está logrando mejorar la crianza, las razas, y mejorar la producción con introducción de conocimiento y nuevas técnicas, como es la crianza en establos y la producción de alimentos hidropónicos. Por ejemplo.
Hay crianceros que están logrando dar un paso adelante con productos de mayor valor, sellados al vacío, útiles para la alta gastronomía porque están certificados y bien tratados. Sin duda un aporte a la generación de valor agregado.
De la misma forma, hay ejemplos en la minería, como lo que ha hecho minera San Gerónimo con su cobre Pentahidratado, que sirve de alimento directo para producción animal y que ha logrado generar un producto final altamente cotizado en el mercado. Producido en nuestra región. También un aporte con valor agregado.
Y en el área acuícola, el programa Más Mar que ha logrado coordinar, incentivar y concretar iniciativas de economía circular mediante el uso de descartes de la acuicultura para producir nuevos productos finales, también de alto valor, en un círculo virtuoso que se debe promover y potenciar.
En fin. Más allá de las agendas o prioridades propias de la nueva autoridad, es sensato evaluar y recoger lo bueno que se ha hecho, idealmente de la mano de una estrategia que pueda otorgar estabilidad y desarrollo a largo plazo a nuestra región.

Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo