Reflexiones en torno al patrimonio

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En derecho se entiende por patrimonio como todo aquello que posee una persona, que sea susceptible de ser avaluado económicamente. En ello, por lo tanto, entran los bienes materiales, el dinero y también las deudas y obligaciones financieras.
Sin embargo, cuando hablamos del patrimonio de una nación, el patrimonio cultural, histórico, humano, la definición es diferente y no invoca parámetros economicistas, sino que utiliza un parámetro emocional y social, entendiéndolo como aquella herencia material e inmaterial que han dejado nuestros antepasados y que ayudan a forjar nuestra identidad como nación, que nos permite identificarnos como miembros de un mismo grupo, saber quiénes somos y de dónde venimos.
Este mes de mayo se conoce como el mes del patrimonio, y para comenzarlo es sensato reflexionar sobre lo que entendemos por tal, tanto a nivel comunal como regional y nacional
Y es que no resulta tan claro identificar a simple vista nuestro patrimonio colectivo, más allá de lo que contienen los museos o edificios públicos emblemáticos. Incluso respecto de estos, el estado de descuido o la falta de renovación y vida al interior de muchos de ellos nos hacen cuestionar si realmente los valoramos como parte de nuestro patrimonio.
Es cierto que se realizan esfuerzos por reconocer y valorar distintos aspectos de nuestro patrimonio, con diversas actividades, recorridos, visitas liberadas durante estas semanas. Pero lo que se esperaría es que ese patrimonio formara parte de nuestra rutina cotidiana durante todo el año. Ese debería ser el actual desafío.
Y respecto a nuestras tradiciones inmateriales, un gran pensador dijo que “tradición no es la adoración de las cenizas sino la preservación del fuego”. Es decir, que la tarea es reconocer todas esas tradiciones que podemos proyectar, sentir y vivir como propias, no sólo en un museo o como si fuese un disfraz sino aquellas que hacemos propias como parte de nuestra vida. Miremos qué sucede en México, en España, en Brasil con las tradiciones y luego mirémonos nosotros acá, en Chile.
Quiénes somos y qué valoramos de nuestra vida en común. Es la reflexión para este mes de mayo.

Víctor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo