Pablo Álvarez, Prommra: “Agua que cayó corresponde entre un 10 a un 15% de la precipitación de una temporada normal”

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Se mantiene la condición estructural de déficit hídrico en la región. Especialista advierte que la situación no debiese alterar los desmarques, aunque se abre a la posibilidad que existan más precipitaciones durante julio y parte de agosto.

La condición de estrés hídrico que durante los últimos 10 años azota a la región de Coquimb,o se mantiene prácticamente inalterable. Ello, independiente de las precipitaciones que se registra-ron el miércoles 23 de junio.
Para los expertos, se agradece el agua caída, aunque son relativamente marginales para llegar a las tasas normales. Pablo Álvarez, director de Laboratorio de Prospección, Monitoreo y Modela-ción de Recursos Agrícolas y Ambientales (Prommra), el monto precipitado fue variable, puesto que las lluvias se concentraron más en la costa, donde se precipitaron más de 20 milímetros, que en otras zonas interiores a los valles, con tasas que estuvieron en torno a los cuatro milímetros.

“En La Laguna, en Elqui, cayeron seis centímetros de nieve que es poco, no es una gran cosa, y por Limarí, a 3.500 metros de altitud cayeron al equivalente a 10 milímetros de agua, como nieve. Para hacerse una idea, el equivalente de agua que cayó corresponde a más o menos, entre un 10 a un 15% de la precipitación de una temporada normal, en promedio”, dice Álvarez, quien precisa que “en el caso de las cuencas puede haber caído entre 12 milímetros, pero lo normal es en torno a los 100 milímetros”.
“Entonces, estamos lejos de llegar a una condición de normalidad”, asegura.
Si bien el ingeniero Agrónomo, especializado en riego, la forma en que llovió no generó ningún tipo de desastre, ésta tuvo una baja intensidad, lo que permitió que el agua también se absor-biera en el suelo y no generara escorrentía.

El escenario, agrega, tampoco debiese propiciar la idea de alterar los desmarques por acción que se entregan a los usuarios de las Juntas de Vigilancia, determinados en entre un 20 a un 25% por acción, dependiendo de la cuenca.
En ese sentido, considera que lo “esperanzador” del fenómeno climático es que justamente que ingresó un frente con precipitaciones y que aún resta todo el mes de julio y los primeros 15 días de agosto para alcanzar la condición de normalidad. Aunque advierte es difícil de obtenerlo.
Otro factor positivo es que el agua quedó guardada en los suelos, creando una garantía en riego para los cultivos, lo que sumado a que con las bajas temperaturas que podrían mantener la nieve en la cordillera, se daría un espacio de ahorro para la irrigación de los campos