María Inés Figari, Sociedad Agrícola del Norte: “hago un llamado a los agricultores a que busquen con las navieras o exportadoras la factibilidad que la carga salga por Coquimbo”

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Los problemas de la industria logística portuaria post coronavirus, se cristalizó en el encarecimiento de los costos en la exportación/importación, debido a la falta de equipos y contenedores, el incremento del valor del flete terrestre y la congestión de los mismos puertos. Todos ocasionaron el aumento en los tiempos de entrega.
El puerto de Coquimbo presenta condiciones favorables para la transferencia de carga, como pocos días de cierre por condiciones climáticas, facilidad operacional en el transporte terrestre, entre otros. Cada buque representa un número importante de turnos de trabajo, lo que activa además a toda la cadena logística.
Sin embargo, la mayoría de las exportaciones agrícolas de la región aún se trasladan a otras zonas del país, especialmente a San Antonio. Por ejemplo, del total de cítricos que exporta Chile, cerca del 35% proceden de esta zona.
Por ello, el estreno del Sitio 3 de atraque y la adquisición de equipamiento para contenedores en el puerto de Coquimbo se visualiza como una alternativa real para captar mayores envíos. María Inés Figari, presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte (SAN), indicó que exportar por Coquimbo “va a ser siempre mucho más económico, rápido y seguro”.
“Hoy, todos los productos se están trasladando en portacontenedores porque es más fácil el acceso, y no corren riesgo que se intervengan. Por lo tanto, los compradores de productos chilenos, piden que sea en portacontenedores”, explicó. En ese sentido, hizo un llamado a “todos los agricultores que busquen con las navieras o exportadoras la factibilidad que la carga salga por el puerto de Coquimbo”.

De acuerdo al estudio “Mejorar la eficiencia y sustentabilidad de la cadena logística del Puerto de Coquimbo”, adjudicado por Corfo a la Empresa Portuaria Coquimbo (EPCO), sacar los productos por la ciudad-puerto permite un 7% de ahorro en los costos de toda la cadena logística, y se reduce en un 8% la huella de carbono. Ello en comparación a un puerto de la zona central del país.