La Serena agota disponibilidad de suelo en primera línea de la avenida del Mar y se registra fuerte repunte de la construcción

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Existe cautela en la decisión de extender la actividad desde las zonas urbanas hacia las zonas rurales, como una medida de aumentar el suelo disponible, pues la medida, si no va acompañada de infraestructura de servicios y vialidad, pueden incurrir en externalidades negativas, como disminuir los predios para el abastecimiento agrícola y especulación en los precios de los terrenos.

Durante el último trimestre del 2023, la construcción experimentó un fuerte repunte, de acuerdo a la Dirección de Obras Municipales (DOM) de La Serena. La percepción de la unidad es que la actividad revirtió la baja sostenida post pandemia, producto de una serie de variables que incidieron en el sector como el encarecimiento de los costos y materiales, la escasez de mano de obra, las alzas en las tasas y trabas al financiamiento de las viviendas, entre otras.
Según la DOM, en base a la cantidad de expedientes y permisos de construcción, el incremento del último período estuvo por sobre un 30% respecto al mismo período al año 2022, y 40% el año 2021, lo que “puede significar un buen indicador de la gestión en permisos vaya en aumento, aun cuando los índices de crecimiento macroeconómicos son más bien cautos”, dijo el director de la unidad, Fernando Ruiz.

Precisó que un factor incidente respecto del dato específico “es que buena parte de los permisos otorgados son de viviendas colectivas o de mayor envergadura, lo cual, sin duda, pueden responder al déficit de vivienda que persiste en el país”. Otra condicionante, explicó Ruiz, es la mejora en las condiciones en el poder adquisitivo que hace dos años: “lo cual, por cierto, nos permite comprender de buena forma el incremento experimentado”, resaltó.
Pese a los positivos datos, también se registró el agotamiento en la disponibilidad de suelo en la primera línea de costa de la ciudad, específicamente en la avenida del Mar. El diagnóstico es que ocurre un fenómeno similar a otras ciudades intermedias, producto del crecimiento y desarrollo del mercado del suelo, “que hace que los últimos paños disponibles, con características favorables de localización a servicios, vialidad y factores turísticos, luego de experimentar una gran demanda, se agota la oferta”.
“Otro factor, sin duda, que pudo haber sido incidente, es que el Plan Regulador haya establecido nuevas condiciones urbanísticas, el cual por cierto establece un segundo parámetro para quienes toman la decisión de invertir, teniendo presente la condición de costo producción y utilidad”, destacó.

En ese sentido, indicó que la carencia de suelo urbano bien localizado, que presente condiciones de desarrollo para el inversionista, comienza a escasear, específicamente “porque las ciudades crecen en cuanto a demanda de vivienda, servicios y equipamientos, el que, de no ir acompañado de infraestructura vial y transporte público, puede convertirse en un factor externo que incrementa el valor del buen suelo”.
Como consecuencia de lo anterior, el director del DOM de La Serena sostuvo que existe cautela en la decisión de extender las zonas urbanas hacia las zonas rurales, como una medida de aumentar el suelo disponible.
Ello pues, la medida, si no va acompañada de infraestructura de servicios y vialidad, pueden incurrir en externalidades negativas, como disminuir los predios para el abastecimiento agrícola y especulación en los precios de los terrenos en el mercado inmobiliario.