El valor de cielo

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Nuestra región tiene un sello en la astronomía y el astroturismo. De eso no cabe duda. Incluso en Vicuña se enorgullecen de autoproclamarse la capital mundial del astroturismo. Y eso está bien, muy bien, porque si pretendemos ser reconocidos internacionalmente por el valor de nuestros cielos, debemos creernos el cuento.
Supuestamente desde la ya obsoleta Estrategia Regional de Desarrollo, el turismo es uno de los ejes fundamentales de nuestro desarrollo regional, junto con la minería, la agricultura y agroindustria, la pesca, la acuicultura y los servicios. Y si realmente es un pilar, un motor de desarrollo económico, deberíamos incentivar cada vez más iniciativas que permitan desarrollar en todos el potencial de este turismo.
Para eso no sólo son necesarias las iniciativas aisladas, ni las gremiales, ni las de comunas en específico o de agrupaciones de comerciantes en forma autónoma. Es indispensable la coordinación y un impulso estratégico mayor. Es cierto que en este último tiempo son justamente las cámaras de turismo, las agrupaciones como el Barrio del Mar, e incluso las corporaciones municipales de turismo las que han sido impulsores de importantes iniciativas, pero se hace necesario que exista alguna autoridad que tenga una mirada de futuro clara, que coordine y una fuerzas, ideas, proyectos que permitan distinguir con mayor nitidez a nuestra región en el concierto turístico nacional e internacional.
En este contexto, felicitamos la labor desarrollada por la “mesa de trabajo por el cuidado de los cielos nocturnos de la Región de Coquimbo, que logró coordinar la primera actividad masiva de concientización y también de esparcimiento en torno a la pureza de los cielos.
En Andacollo se realizará el primera “apagón” nocturno para poder apreciar el cielo estrellado. Algo que parece simple, pero que requiere una compleja coordinación y unión de voluntades.
Resulta increíble que deba hacerse tamaño esfuerzo para disfrutar algo que nos regala cada noche la naturaleza. Pero es cierto, acá tenemos ese privilegio y lo debemos valorar y aprovechar.
Es de esperar que este apagón se transforme en un evento cada año, que se sume toda la región, que sea más importante y que tome fama mundial. Hay que pensar en grande, hay que soñar en grande. Si queremos es lugar de vanguardia y darle el verdadero valor a nuestro cielo, se debe planificar y proyectar en grande.

Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo