Nuestra relación con el mar y el borde costero

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Esta semana dos noticias nos hablan de nuestra relación con el mar. Una de ellas es la instalación de un centro para desarrollo de investigación e innovación vinculada a productos marinos. Algo que para quienes no estamos vinculados al área pareciera tan obvio, pero que en la práctica no existía en nuestra región ni en el norte de Chile.
Y realmente es una iniciativa que debemos aplaudir y apoyar, ya que implica generar productos de mayor valor agregado, mediante procesos piloto para poder probar las características de los nuevos productos y luego avanzar en su escalamiento.
Junto con ello destaca el avance de otro proyecto que aprovechará los descartes marinos para producir alimentos para acuicultura. También algo que parecía obvio, pero que hasta el día de hoy está generando miles de toneladas de desechos que van a parar al vertedero.
Hoy la economía circular es una realidad y en ese sentido, la buen coordinación, el circulo virtuoso que se puede producir entre la academia, con los investigadores científicos, sumados a los empresarios productivos y las instituciones del Estado es sin duda una triada que se debe potenciar al máximo. La triple hélice inicial, al menos.
Por otra parte, vemos que esta semana los concesionarios del borde costero se han reunido con autoridades para poder regularizar si condición legal en esos espacios, que en algunos casos llevan bastante tiempo sin lograr una regularización adecuada. Sin embargo, en los tiempos que corren esa revisión sin duda será más compleja que cuando se otorgaban en los años 80 o 90.
Hoy no se puede tapar el sol con un dedo y la ciudadanía está más alerta, más demandante y dispuesta a fiscalizar todo. Por tanto, si bien los locales como restaurantes y pubs han sido un gran aporte al desarrollo turístico, también tienen un exclusivo privilegio de ocupar el espacio que legalmente nos pertenece a todos. Por lo tanto, es razonable que ellos mismos se preocupen al máximo por convivir de la mejor forma con turistas y usuarios, mantener la limpieza y orden del entorno y, lo más importante, no extralimitarse en el uso de las concesiones otorgadas. Ya sea por el uso de extensiones sobredimensionadas, por el uso en las construcciones de dimensiones y materialidades fuera de norma o por actuar finalmente como dueños permanentes de un espacio que les fue cedido de manera excepcional mediante concesión marítima.
Sin duda es el momento de regularizar, porque la ubicación es el activo más importante de los locatarios y deben saber administrarlo de cara a la ciudadanía, con transparencia y dentro de la legalidad, tal como lo están haciendo en estos momentos.

Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo