Mundo ideal

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Ahora se inicia un período para el país va a ser complejo, áspero, crispado. No porque se esté deseando que así sea, ya que idealmente no debería ocurrir, sino porque resulta evidente que se van a exacerbar los ánimos ante un cambio tan profundo como lo que propone el borrador de nueva constitución que será sometido a plebiscito nacional obligatorio.
En este contexto, es que aparecerán los nuevos liderazgos, los de opinión, sobre el cual finalmente muchas personas sin siquiera leer o entender el texto decidirán su voto. Los actuales pseudo líderes de opinión, los de internet, que no necesariamente construyen verdadera opinión basada en argumentos intelectualmente válidos, sino que muchas veces difunden eslóganes publicitarios que se basan en simples recortes de frases descontextualizadas, memes y burlas, descalificaciones personales, invocaciones a complots y manipulaciones de la mano invisible, o a su conveniencia resucitando fantasmas del pasado, ya sean de la línea de Allende o Pinochet.
La pregunta es qué piensa usted. ¿Será que este plebiscito se resolverá por ciudadanos bien informados sobre el contenido de lo que están decidiendo, o más bien que se dejarán por la simpatía o antipatía respecto a quienes adhieran o rechacen el nuevo texto? ¿La masa se moverá por una emocionalidad circunstancial de quienes logren ganar la batalla en redes sociales descalificando con más fuerza al opositor y por verdaderos argumentos sobre la manera en que una u otra alternativa puede afectar o beneficiar el futuro del país?
En este último sentido, realmente es triste verificar cómo personas intelectualmente capacitadas, bien informadas y cultas, se dejan llevar por la guerra de descalificaciones y agresiones, en vez de validar sus posturas de manera racional.
La pregunta del millón es si usted, persona informada que lee estas líneas, considera fehacientemente que la propuesta será beneficiosa para el desarrollo de Chile. Hay quienes decían que cualquier texto sería mejor que el que tenemos actualmente, lo cual es una falacia ofensiva. Hay quienes dicen que todo está bien como ha estado hasta ahora, lo cual también resulta ofensivo ya que carece del más mínimo sentido de realidad.
En un mundo ideal sería bueno, sano, constructivo y esperanzador, que este proceso se desarrollara con altura de miras, discutiendo el fondo de lo que se nos presenta y no dándonos de puñetazos entre todos. Tengamos esperanza.

Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo