Más de 100 estudiantes participaron en “Desafío de Innovación Abierta – Valor Ambiental”

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Diseñar y presentar en público propuestas de innovación en marketing o en modelo de negocios, aplicadas al ámbito de las asesorías de gestión ambiental, fue el complejo reto que propusieron las empresas Valor ambiental y Acelera Innova, a través del proyecto “Instala Innovación”, cofinanciado por Corfo.
El equipo ganador, perteneciente a la Escuela de Ingeniería Comercial de la Universidad de La Serena, recibió un reconocimiento.

Viviendo una experiencia real de creación de ideas innovadoras de negocios, más de 100 estudiantes de educación superior de La Serena y Copiapó participaron en el Desafío de Innovación Abierta Valor Ambiental, que puso a prueba sus conocimientos y capacidades en un área compleja y desafiante, como es el rubro de las consultorías de permisos ambientales. Un equipo de estudiantes de la Universidad de La Serena se alzó como ganador del reto, recibiendo el respectivo reconocimiento el pasado viernes 26 de noviembre.
Organizado por la empresa Valor Ambiental y ejecutado por Acelera Innova, el certamen se desarrolló entre el 17 de octubre y el 8 de noviembre, en el marco de un programa denominado “Instala Innovación”, cofinanciado por Corfo.
Participaron equipos de las carreras de Administración de Empresas, de Inacap sede Copiapó; Ingeniería Comercial, de la Universidad de La Serena; Ingeniería Civil Industrial, de la Universidad Católica del Norte sede Coquimbo, y Construcción, de Inacap sede La Serena. Cada uno de ellos debió presentar una ficha de ideación, desarrollando una propuesta de innovación en marketing o en modelo de negocios, aplicada al ámbito de las asesorías de gestión ambiental.

Como resultado del proceso surgieron 30 perfiles de ideación, de los cuales diez fueron seleccionados para participar de una jornada demo day –efectuada mediante videoconferencia–, en la que cada equipo podría presentar ante un jurado su idea en un pitch de tres minutos.
El equipo ganador, conformado por alumnos de la ULS, propuso una solución tecnológica en una plataforma única para facilitar herramientas complejas en torno a la gestión de permisos ambientales.
“Lo encuentro súper emocionante, es una instancia en la que pudimos tener un acercamiento a la realidad profesional”, opinó la líder del equipo ganador, Gissela Johnson, quien expresó su deseo de que este tipo de concursos se siga realizando. “El poder colaborar con algo a una empresa es muy satisfactorio y nos hace sentir muy bien como estudiantes de la carrera”, agregó.
Por su parte, su compañero de equipo, Andrés Flores declaró sentir “felicidad y orgullo, llegamos a estas instancias con los conocimientos que adquirimos durante nuestros cuatro años de estudios; nos desempeñamos profesionalmente y dimos lo mejor posible para obtener los mejores resultados”.
La directora de la Escuela de Ingeniería Comercial de la ULS, Karin Ortloff, destacó el valor de esta experiencia para sus estudiantes, como una inserción en el ámbito práctico. “Estamos logrando estudiantes más fortalecidos y que tengan las competencias para desarrollarse en el ámbito laboral”, dijo.

“HABLA BIEN DE LAS NUEVAS GENERACIONES”
La directora de Valor Ambiental, Marcela Miranda, resaltó la dedicación y profesionalismo aplicados por los estudiantes a sus trabajos.
Además, informó que con esta actividad “estamos cerrando el ciclo de este proyecto, con el cual queremos instalar la innovación como un eje estratégico de nuestra empresa, y también como una estrategia de retención y atracción de talentos. Desde ahí instalamos la innovación en la empresa y la ponemos a disposición de nuestros clientes, con esta nueva forma de pensar que significa buscar nuevas alternativas, ser más eficientes y estar constantemente revisando la tecnología de punta”.
Natalia Reilich, cofundadora de Acelera Innova, comentó que durante este concurso se implementaron 20 módulos de trabajo, que buscaron profundizar la investigación de problemáticas en torno a la industria de servicios sectoriales de permisos ambientales.
“Este concurso es fundamental, porque cumple nuestro propósito: movilizar el ecosistema de innovación desde las regiones y potenciar el vínculo entre universidades y empresas. Se trata de una relación ganar-ganar, en la cual los alumnos pueden trabajar con desafíos reales de la industria, y la empresa gana también, porque logra una inyección de perfiles de ideación que le permite pensar fuera de la caja y robustecer el portafolio para los próximos años”, destacó.