La tormenta perfecta

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Paradojalmente esperamos que el frente de mal tiempo nos otorgue esperanza para dar vuelta el escenario de sequía persistente que llevamos más de 15 años arrastrando.
Pero independientemente de aquello. el escenario de déficit hídrico mal que mal ya es predecible y constituye un escenario relativamente conocido.
Al hablar de tormenta perfecta no nos referimos precisamente al agua, sino a los factores económicos y políticos que están conjugando lo que podría ser el peor escenario en decenas de años.
En nuestra región ya dijimos que el registro de crecimiento del PIB es el menor de todo el país, lo cual se suma ahora al mayor índice de desempleo nacional. Es decir, que los dos más importantes indicadores juegan totalmente en nuestra contra, en momentos en que todos los especialistas auguran un año 2023 con una fuerte recesión económica, incluso más allá de cual sea el resultado del proceso constituyente. Tan solo por los factores externos e internos ya previsibles, se sabe que en los próximos meses no habrá respiro.
Es en estas condiciones cuando aparece otro factor adicional, como es el cobro de deudas hipotecarias y de contribuciones de bienes raíces. Este último un problema silencioso, que se ajustó casi de manera automática y que hoy por hoy tiene a decenas de personas en la fila del Servicio de Impuestos Internos y la Tesorería General de La República, ya sea para tratar de revisar el alza desmesurada de la tasación o bien para poder repactar los montos adeudados al fisco.
Durante casi dos años y medio no hemos tenido remates vinculados a las contribuciones y hubo –durante la pandemia- un beneficio de postergación (no de condonación) que sumado hoy al alza reciente resulta en cuotas absolutamente impagables para muchos.
El indicador de nuestro titular de esta semana si buen suena positivo, aparentemente no es más que una apuesta empresarial en tiempos de crisis. Si se llega a construir ahora , es con la esperanza contra cíclica, porque hoy mismo el nivel de incertidumbre es extremo. Ojalá nuestras autoridades puedan percibir esta realidad y tomar acción al respecto. Los parlamentarios qué decir, son los que deberían liderar estos momentos en que se avecina la tormenta perfecta.

Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo