Estrategias urgentes para desarrollo inmobiliario

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El nuevo plano regulador de La Serena si bien es muy reciente, se estima que difícilmente sirva para proyectar la ciudad de los próximos veinte años, si quiera la de los próximos cinco años. Y es que la velocidad de crecimiento poblacional y la altísima demanda de viviendas es apremiante desde hace mucho tiempo atrás y la escasez de terreno se hace cada vez más evidente.
Y para poder superarlo, hay básicamente dos alternativas. O se crece con las ciudades hacia los costados, ampliando las fronteras urbanas o bien se crece en altura, aumentando la densidad por metro cuadrado.
Y salvo contadas excepciones, los actuales desarrollos inmobiliarios indican que poco se ha crecido en ambos sentidos, sin contar con espacio suficiente especialmente para proyectos de carácter social, de bajo costo de venta. Y es que ahí entra a jugar otro aspecto de mercado, que el valor del suelo y que está determinado simplemente por la oferta y demanda.
Sin embargo, hace un par de años se produjo la re-tasación fiscal de bienes raíces con una serie de complejidades, juicios y abiertamente errores cuyas consecuencias se están comenzando a sentir en la actualidad, ya que una vez pasada la pandemia se hará visible la cantidad real de viviendas que tendrán que salir a remate por el excesivo aumento en el pago trimestral, más la acumulación que se produjo con la postergación de pago durante el año 2020.
Y el tema es que, en muchos casos, como es el ejemplo de los parceleros propietarios en Vegas Sur, junto con ese aumento no hay un reflejo proporcional en servicios asociados, mejoramiento de calzadas, ampliación de áreas de cobertura de alcantarillado o de luminarias que hagan sentir que ese pago tiene un fundamento razonable, ya que tampoco se les permitió mayor densidad o altura que haga más atractivos sus terrenos para desarrollo inmobiliario.
En fin, quizás lo más sensato sea comenzar desde ya a trabajar en el próximo plan regulador. Quizás el gremio de la construcción podría organizar espacios anuales para ir fijando en concreto los aspectos en los que se debe avanzar, ya que no podemos esperar que en 10 años más el alcalde de turno comience a licitar un proceso de estudio que puede durar otros 10 años adicionales.
La ciudad, la conurbación La Serena-Coquimbo ya no aguanta la presión. Se requieren estrategias urgentes.

Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo