En los últimos 10 años, la empresa sanitaria ha destinado más $52.000 millones en gastos para abordar la sequía, inversiones extra en nuevos tranques, pozos, estanques, extensas conducciones, traslado de agua en camiones aljibes y arriendo de derechos de agua y proyectos de eficiencia con incorporación de tecnología de punta para reducir perdidas.
En algún punto del sector sur de la comuna de Coquimbo. Esa es la conclusión que los análisis de Aguas del Valle fijaron para la ubicación de una planta desaladora para abastecer la demanda de los clientes en La Serena y Coquimbo.
La información que la empresa tenía en sus planes construir un sistema para utilizar agua de mar fue dado a conocer por Semanario Tiempo en su edición anterior y el gerente regional de la sanitaria, Andrés Nazer, profundiza para este medio.
En los últimos 10 años, la empresa sanitaria ha destinado más $52.000 millones en gastos para abordar la sequía, inversiones extra en nuevos tranques, pozos, estanques, extensas conducciones, traslado de agua en camiones aljibes y arriendo de derechos de agua y proyectos de eficiencia con incorporación de tecnología de punta para reducir perdidas. “Gracias a este trabajo permanente nunca un cliente de Aguas del Valle se ha quedado sin suministro de agua potable por causa de la sequía”, sostiene el Ejecutivo.
La construcción de una planta desaladora para respaldar el suministro de agua potable para consumo humano en la Región de Coquimbo se enmarca en el mismo contexto de medidas que tienen como principal objetivo enfrentar la escasez hídrica y seguir entregando un servicio continuo y de calidad a todos sus clientes.
¿En qué etapa se encuentra ese proyecto?
“Ya concluimos con el proceso de planificación y análisis preliminares y ahora estamos en pleno desarrollo de estudios ambientales, sociales y de ingeniería. Nuestro interés es poder desarrollar un proyecto sustentable, con diálogo con las comunidades, con el objetivo de contar con todos los antecedentes necesarios para que la tramitación ambiental sea lo más expedita posible”.
¿Cuál es el lugar más idóneo que han podido proyectar?
“Después de analizar varios sectores de las costa norte y sur de la conurbación y realizar todos los estudios necesarios para determinar el mejor emplazamiento en términos técnicos, regulatorios, logísticos y de sostenibilidad, hemos podido establecer que el sector idóneo para la construcción de la planta está en la zona sur de Coquimbo. Ya hemos sostenido contactos iniciales con las comunidades de la zona y algunas autoridades para contarles los detalles, labor que continuará durante los próximos meses”.
¿A qué porcentaje de la población podría abastecer?
“En una primera etapa, nuestro objetivo es que la planta nos permita respaldar el consumo humano de agua potable para la conurbación La Serena – Coquimbo, y luego, de ser requerido, para otras localidades de la región. Esta infraestructura está proyectada para utilizarse como complemento sólo durante los periodos en que las fuentes de agua dulce no sean capaces de sostener la demanda de agua potable. En su primera fase producirá entre 200 y 600 litros por segundo, para llegar en un futuro hasta 1.200 litros por segundo”.
¿Se mantiene que el ingreso al sistema de evaluación ambiental del proyecto sea el 2022?
“Estamos desplegando todos nuestros esfuerzos para ingresar nuestro proyecto de desaladora al sistema de evaluación ambiental en 2022 y así continúa programado. Hemos optado voluntariamente por presentar un Estudio de Impacto Ambiental. Aunque no existe una causal directa que requiera el ingreso al SEIA por esta vía, creemos que esta opción nos permite desarrollar una propuesta más exhaustiva de todos los aspectos de una desaladora, y también implica una señal clara de nuestro compromiso con el desarrollo de un proyecto sostenible y que permita agregar valor a la región”.
¿Hay una estimación preliminar del costo de la iniciativa?
“Estamos avanzando en los estudios y una vez que estén terminados, sabremos con exactitud la inversión total que se requerirá para esta obra”.
¿La desaladora podría abastecer a rubros productivos?
“Nuestro foco con este proyecto es dar seguridad al agua para consumo humano, pero estamos muy conscientes de que la escasez hídrica afecta transversalmente a todos los sectores. Por eso, el trabajo por cuenca y en conjunto es clave para enfrentar este escenario. No sólo nos preocupa el suministro para nuestra zona de concesión, sabemos que hay muchos sistemas sanitarios rurales que lo están pasando mal. Queremos colaborar para que todas las personas puedan tener acceso a agua, porque sabemos que hace un diferencia fundamental en la calidad de vida”.