Embalses comienzan a secarse y peligra abastecimiento para la agricultura: solo se reparte el 20% de los derechos de agua

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Cogotí entró en “falla” y de no precipitar el próximo año lo harán La Paloma y Recoleta. Según el último reporte de la Dirección General de Aguas (DGA), solo existen 344 millones de m3 de agua en los tranques, es decir casi un 26% de su total capacidad y la cifra más baja de los últimos siete años. “Si la temporada siguiente sigue tan mala como esta, si el próximo invierno es tan malo como este, no tenemos asegurada la próxima temporada”, resaltan desde la Junta de Vigilancia del Río Elqui.

El diagnostico de los encargados de los embalses destinados a riego en la región de Coquimbo no son auspiciosas luego de varias temporadas sin precipitaciones de agua y nieve, lo que preocupa no solo para la agricultura, sino para el consumo humano.
Alejandra Marín, ingeniero repartidor y gerente de la Junta de Vigilancia del Río Elqui, sostiene que desde hace unas semanas se encuentran realizando un fuerte llamado a los usuarios a cuidar el agua. “Nuestros asociados se han encargado de incorporar tecnología en los canales de riego u obras para tener eficiencia en la entrega y control. Eso ha permitido que tengamos agua que repartir en esta temporada, porque hemos venido desde hace rato con un manejo muy cauteloso. Entonces, el llamado que hacemos con nuestros usuarios es hacerlo extensivo a la población. Cada gota cuenta”, advierte.
Según Marín el emplazamiento es a tener conciencia que “estamos con menos agua y tenemos que hacer un uso eficiente”. Así, el diagnostico tampoco es bueno desde la Dirección General de Aguas. Según el último reporte de agosto, solo existen 344 millones de m3 de agua en los tranques, es decir casi un 26% de su total capacidad y la cifra más baja de los últimos siete años
Más aún cuando se aproximan vacaciones, añade la profesional de la Junta de Vigilancia –encargada de administrar los embalses Puclaro y La Laguna– cuando se aproximan visitantes a la región, aumentando también la demanda de por el vital elemento.
Raúl Díaz, administrador del Embalse La Paloma cuenta que el sistema, compuesto además por las represas Cogotí y Recoleta, está bastante crítico. “Cogotí tiene 10 millones de m3 y le queda muy poco para secar. Recoleta tiene 26 millones de m3, está muy bajo. Y nosotros que estamos en 177 millones de m3, que de los 750 millones de m3, es bastante poco, y en el año se consume alrededor de 120 millones de m3”, precisa.

Sin agua
Díaz indica que en el curso del año la acumulación del sistema La Paloma podría terminar con 80 millones de m3. “La próxima temporada es crítica, porque con esa cantidad en la agricultura no da, y el consumo humano también tendremos problemas serios, porque van a tener que dejar un volumen de remanente para ese propósito.
Así la situación, recuerda, será similar a lo experimentado en el año2014. Y añade: “la pregunta es si vamos a salir como ese año cuando tuvimos aportes del 2015 y 2017, que nos dio un pequeño respiro”. A su juicio, el agua que se necesita para el consumo humano que dependen del Río Grande de Limarí, es de 13 millones m3.
“Cuando llegamos a los 96 millones de m3 en el embalse Paloma entra en falla, todas las organizaciones beneficiarias de La Paloma dejan de tener agua, queda solamente el derecho del río, o sea el río queda en la condición sin embalse”. Actualmente, Cogotí está “en falla” y la próxima temporada podría ser el turno de Recoleta.

Dotaciones
La cantidad del recurso entregado a los usuarios también ha ido a la baja durante las últimas seis temporadas. Según Marín, los beneficiarios en Elqui solo reciben el 20% de sus derechos, justamente debido al descenso del recurso al interior de los embalses. Este año solo precipitaron 43 centímetros de nieve en el sector La Laguna. Junto con Puclaro, asegura, son los que están abasteciendo las necesidades de riego y a la empresa sanitaria Aguas del Valle. “El embalse está bajando. Si la temporada siguiente sigue tan mala como esta, si el próximo invierno es tan malo como este, no tenemos asegurada la próxima temporada”, resalta.
En Limarí, en tanto, la definición al respecto tampoco es favorable. Allá, la repartición es volumétrica, dentro de la regla operacional del Sistema Paloma. Así, se contabiliza el agua disponible en los tres embalses y se realiza la dotación. “El sistema hace restricciones superiores que han sido la tónica de estos años de sequía, ya estamos hablando de hace más de 10 años que se ha estado distribuyendo un tercio de lo disponible”, explica Díaz.
Este año, el sistema repartió fue de 65 millones de m3 y a los usuarios solo se está otorgando un tercio de lo que le corresponde.