Deja vú

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Qué es lo más probable que podría suceder. La experiencia indica que si por gracia de Dios en estos días lloviera un tanto -y con ello se lograra recuperar en algo la cantidad de agua embalsada- el tema sequía pasaría a un segundo plano. Si eso llegara a ocurrir, no sería otra cosa que un deja vú, o como dirían los jóvenes “un buclé en el tiempo”. Una repetición de una escena que ya hemos visto pasar varias veces antes. Y si a eso sumamos algún hecho político nacional relevante (que en estos días está plagado) nuestra urgencia sin duda quedará relegada a un segundo o tercer plano.

Pero no seamos pesimistas. Por ejemplo, hay señales potentes hacia la construcción de una planta desaladora. Esto a pesar de que el volumen de agua que consume la población urbana es infinitamente inferior que la que está utilizando la agricultura el laderas de cerros cubiertas con paltos y cítricos. Pero en fin, se valora el esfuerzo de la sanitaria y de quienes viajaron a Antofagasta a conocer aquella planta.

También se desarrollan (a paso lento) investigaciones para conocer nuestras cuencas, rellenar acuíferos, reutilizar aguas grises y finalmente mejorar la administración del agua. Algo que se nos ha repetido hasta el cansancio por cuánto especialista israelita, mexicano o español ha venido a la zona.
Mientras tanto, todo indica que estaremos enfrentando la emergencia como tantos otros años ha sucedido. Entregando mangueras, fardos de pasto y estanques de agua. La emergencia, que sin duda es indispensable pero insuficiente si logramos tener una mirada de largo plazo. Sacaremos el año buscando recursos extraordinarios que finalmente serán entregados en octubre o noviembre. Un cheque para los crianceros entregado en algún estadio techado en algún pueblo rural por el político de turno.

En síntesis, esperamos -la región espera- que las actuales autoridades, principalmente delegado, consejeros regionales y gobernadora, se concentren en avanzar de una vez por todas con alguna carta de navegación clara, para no seguir administrando eternamente una emergencia. Es necesario que alguien pueda poner un mapa sobre la mesa y orientar con claridad. Es indispensable trabajar en la estrategia regional de desarrollo. Nuestra pequeña constitución local, la que debería marcar el rumbo independientemente de lo que suceda en Santiago y de los cambios de gobierno. Es este el momento. Es ahora.

Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo