Con la promulgación de la ley 21.644 que crea la Fiscalía Supraterritorial, hemos dado un paso significativo como institución con el desarrollo de una estructura especializada para enfrentar con mayor eficiencia investigativa el crimen organizado y los delitos de alta complejidad. En seis meses, el Ministerio Público deberá implementar la nueva Fiscalía, su organización, jefatura y la designación de fiscales adjuntos supraterritoriales y funcionarios. Durante el primer año se contempla la incorporación de 15 fiscales y 28 funcionarios.
Es un cambio sustancial en el modelo de gestión contra el crimen organizado que significará una respuesta coordinada, con estrategia unificada y enfoque técnico, lo que tendrá un positivo impacto en la tramitación de causas de esa naturaleza en la región y permitirá reasignar recursos a causas de distinta naturaleza que requieren de mayor atención.
El combate al crimen organizado no es ajeno en la región de Coquimbo y ya tenemos experiencia ganada. Hemos instalado al equipo de Crimen Organizado y Homicidios en las provincias del Limarí y Choapa para abordar los fenómenos delictuales, con analistas, atendedores de víctimas, funcionarios y fiscales que trabajan mano a mano con las Fiscalías locales y la Unidad de Análisis Criminal, Crimen Organizado y Alta Complejidad.
Este esfuerzo ha rendido frutos y podemos decir que, este año 2025, ya llevamos en investigaciones por homicidios un 82.3% de esclarecimientos respecto a sus autores, los cuales están identificados, en prisión preventiva y/o con orden de aprehensión vigente.
Este año nos ha correspondido coordinar a la Macrozona Norte de la Fiscalía, en la que las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo se unen y enfrentan los delitos.
Hemos obtenido importantes sentencias condenatorias y nuestros equipos han identificado el comportamiento de mercados delictuales de los autos robados, sus conexiones interregionales, como los escenarios de células de grupos organizada. Nuestro “radar” contra el crimen organizado está muy activo y con señales evidentes. Todas estas experiencias sin duda podrán ser conocidas y valoradas por el nuevo equipo supraterritorial.
El crimen organizado es un fenómeno dinámico y en constante evolución que amenaza con desestabilizar el orden social, fomentar la corrupción y profundizar desigualdades estructurales. Su combate exige decisión, innovación y cooperación, ya que no solo es una cuestión de seguridad, sino una defensa activa y permanente del Estado de Derecho, y la Fiscalía Supraterritorial es una de ellas.