La empresa se ha convertido en un motor de oportunidades y desarrollo local principalmente para mujeres jefas de hogar.
En el sector de Tierras Blancas, comuna de Coquimbo, se encuentra Sea Star, una empresa pesquera que desde el año 2010 ha echado raíces en la zona, transformándose en una fuente laboral clave para la comunidad. Aunque sus inicios se ubicaron en la parte baja de Coquimbo, en 2016 la compañía se trasladó a sus instalaciones actuales para expandir su mercado y capacidad.
Viviana Mattus, encargada de comercio exterior y administración en Sea Star, explica que, si bien han procesado otros productos como jurel o erizo ocasionalmente, su principal motor de exportación es la jibia. Este producto marino es enviado a mercados internacionales exigentes como Corea, Japón y, desde este año, también a España, además de haber realizado envíos a México, Perú y Canadá.
Pero el impacto de Sea Star va más allá de las exportaciones. La empresa es un importante generador de empleo local, manteniendo una fuerza laboral que oscila entre 80 y 100 personas, dependiendo de la temporada. Un dato relevante es la notable presencia femenina: “Principalmente trabajamos con mujeres”, comenta Mattus, añadiendo que “por lo general, la gente que dirige la empresa somos mujeres”, aunque los hombres también participan activamente en tareas como el fileteo.
Uno de los aspectos que más llama la atención es el compromiso de la empresa con la remuneración de sus trabajadores. Según Mattus, los sueldos en Sea Star son competitivos y superan ampliamente el promedio local. “Acá prácticamente nadie gana el sueldo mínimo”, afirma. Señala que los trabajadores del proceso directo pueden alcanzar ingresos cercanos a los $600.000 pesos semanales en temporada alta, “somos una gran fuente de trabajo y es un trabajo bastante bien remunerado”, subraya.
Junto con el impacto económico y social, Sea Star también ha puesto foco en la responsabilidad ambiental, específicamente en el tratamiento de sus residuos industriales líquidos (RILES). La empresa ha realizado una inversión significativa en esta área, invirtiendo cerca de $50 millones de pesos en los últimos dos años para asegurar que el agua de sus procesos sea devuelta al medio ambiente en óptimas condiciones. Inversión que buscan duplicar en el mediano plazo además de una mantención mensual constante de aproximadamente $5 millones de pesos en químicos y otros insumos.
Así, Sea Star se perfila no sólo como un actor relevante en la exportación de jibia desde la Región de Coquimbo, sino también como un ejemplo de cómo las empresas industriales pesqueras pueden generar empleo de calidad, ofrecer salarios competitivos, dar trabajo a mujeres jefas de hogar y asumir un compromiso serio con el cuidado del medio ambiente y con las comunidades en su operación diaria.