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Los mercados no votan el día de la elección, lo hacen antes

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Cada vez que un país enfrenta un hito relevante, como la reciente elección presidencial, un plebiscito o un cambio de ciclo político, los mercados financieros reaccionan. A veces con euforia, otras con cautela, pero siempre reaccionan.
La Bolsa, el dólar y los distintos activos financieros no operan sobre certezas, sino sobre expectativas. Anticipan escenarios, descuentan probabilidades y ajustan precios mucho antes de que los hechos ocurran. Por eso, cuando la incertidumbre finalmente se resuelve y el escenario se vuelve claro, la tendencia suele cambiar: la curva se aplana, se corrige o simplemente se detiene.
De ahí surge una de las máximas más conocidas del mercado: “compra con el rumor, vende con la noticia”.
Chile no fue la excepción en su reciente proceso electoral. Durante los meses previos, el mercado fue internalizando un escenario que consideraba más favorable a la inversión privada, al crecimiento y a un entorno pro-mercado. Históricamente, la Bolsa chilena ha reaccionado con mayor optimismo ante gobiernos percibidos como más amigables con la inversión, y esta vez ese comportamiento volvió a repetirse.
Los precios, los flujos y los niveles alcanzados antes de la elección reflejaron claramente ese escenario ya descontado. La Bolsa chilena incluso alcanzó niveles históricos, impulsada en gran parte por esa expectativa.
Sin embargo, cuando muchos esperaban que, tras el resultado, el triunfo del candidato de derecha José Antonio Kast, el mercado “celebrara” con una nueva y fuerte alza, ocurrió lo contrario: ajustes, toma de utilidades, movimientos que para algunos parecieron contradictorios: el mercado corrigió.
La noticia ya estaba incorporada. El escenario se había despejado y, para el mercado, el evento ya había ocurrido.
Algo similar sucedió con el dólar. A pesar de las expectativas de una apreciación del peso chileno tras el resultado electoral, el tipo de cambio no reaccionó como muchos anticipaban. ¿La razón? El factor electoral ya estaba incorporado en los precios. El mercado no se sorprende dos veces por la misma noticia.
Incluso la jornada posterior a la elección fue ilustrativa. Bolsa y dólar abrieron con un tono optimista, pero rápidamente revirtieron su tendencia: el dólar subió y la Bolsa ajustó a la baja, confirmando que el movimiento relevante había ocurrido antes, no después.
La lección es clara y se repite una y otra vez: los mercados no reaccionan al titular, sino al proceso previo. Entender esta dinámica es clave para inversionistas, empresas y personas que buscan tomar decisiones financieras informadas y no emocionales.
Más allá del resultado electoral, el verdadero desafío comienza ahora: que las expectativas descontadas se transformen en certezas, crecimiento sostenido y reglas claras. Ahí está el verdadero test para cualquier nuevo ciclo político.
Porque si algo enseña el mercado es que anticipa rápido, pero también corrige con la misma velocidad y sin aviso.
Los mercados no esperan noticias, las anticipan y descuentan en los precios. Quien invierte reaccionando al titular de prensa, casi siempre llega tarde.

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