Análisis de las condiciones climáticas; la humedad y nutrición mineral de los suelos; la polinización cruzada y el riego adecuado fueron algunos criterios agronómicos que recibieron los agricultores, a través del Grupo de Transferencia Tecnológica (GTT) Cerezos del Limarí, iniciativa de Corfo, ejecutado por Inia Intihuasi.
Hasta US$ 50/Kg puede recibir un productor de cerezas en China. Con el manejo agronómico adecuado, la poda y manejos culturales, el rendimiento potencial podría alcanzar unos 18 mil kilos por hectárea. Esas cifras entusiasman no sólo a los agricultores de la región de Coquimbo, sino también a profesionales, investigadores y autoridades que visualizan en estos primores una alternativa de recambio, puesto que la rentable especie además considera un menor consumo hídrico.
Y es que las cerezas se esperan con ansias en gigante asiático, pues el fruto representa el amor, amistad y se regala como un bien preciado. Desde el territorio nacional se van del campo a un frigorífico, y de ahí por avión hasta llegar, en tres días, a los principales mercados de ese país, donde se venden como “pan caliente”.
A través del Grupo de Transferencia Tecnológica (GTT) Cerezos del Limarí, iniciativa de Corfo, ejecutado por Inia Intihuasi, se realizó el taller “Análisis de cuaja y manejo de raleo para regular carga”, instancia donde los productores de esa provincia conocieron variables en las condiciones climáticas ambientales, las determinantes de la carga frutal y otras consideraciones agronómicas para calibrar los cultivos con miras a las exportaciones de octubre/noviembre.
Las expectativas de los agricultores de cerezos es replicar exportaciones de temporadas anteriores, donde se logró valores de US$50 por cada kilogramo. Emir Rodríguez, propietario de la Sociedad Agrícola Comercial Lourdes Limitada, indica que estas actividades “sirven para aprender y ver qué nos falta para introducir en los cultivos, conocer cuánta fruta nos va a dar nuestra producción y medir el calibre”.
“Nosotros, nos reconvertimos a este fruto. Vimos que es un negocio atractivo, pero no es fácil producirlo. A través del GTT nos dan instrucciones de riego, porcentajes de humedad de los suelos, la polinización cruzada, entre otras. Tampoco, no sacamos nada con tener mucha fruta en el árbol, si no va a crecer”, agrega.
Para el director Regional de Corfo, Andrés Zurita, “este cultivo es bastante interesante y tiene un potencial relevante por su comercialización, puesto que es el primero que se exporta prácticamente en todo el hemisferio sur, pero además tiene un requerimiento hídrico acotado lo cual es muy relevante para la realidad hídrica regional, con lo cual representa una alternativa de recambio de especies frutales”.
Recomendaciones
Desde el punto de vista comercial, el productor debe privilegiar el calibre de la fruta, el cual tiende siempre a ser mayor durante cada temporada. Por ello, es determinante para el negocio contemplar cada paso en la definición de la carga y el calibre final de la fruta.
Según Giovanni Lobos, extensionista e investigador de INIA Intihuasi, el objetivo es desarrollar un balance técnico de acuerdo con el estado fenológico de los cultivos. “Estamos viendo, en terreno, analizando cómo se está haciendo la labor de raleo y haciendo algunos ajustes para lograr una buena calibración de la fruta en la cosecha”, sentenció.